martes, 12 de febrero de 2013

La casa encendida

Quiero un tiempo muy lento,
en el que los recuerdos se puedan contar
con los dedos de la memoria.
Conocer vuestra identidad, sin prisa,
caminando pocos pasos cada día.
Sentir el miedo de unas miradas desconfiadas,
que luego se transformaban dignas y ciertas.
Quiero insistir en el orgullo de sentirme a gusto,
compartir taza sin mantel
y llegar otra vez a vuestra casa encendida.






jueves, 7 de febrero de 2013

El cielo es un suburbio

Pensaba que no había más universos
que aquellos sueños
que querían alcanzar los dedos.
Temblaban los pasos con los intentos,
pero una tarde, logré sostener la mirada
de la ilusión más cierta,
saldar aquella deuda de la  infancia,
cuando sentía vuestros carros llegar
y me escondía en el establo,
mientras preguntábais a mi padre,
si quería vender mis trenzas.
Sabía que aprendería a vivir sin miedo,
tranquila en la edad y segura de lo que quiero,
espero ahora, en la puerta de vuestro Universo