martes, 7 de enero de 2014

El valor de enseñar con la mirada




Me gusta mirar a los ojos, especialmente de aquellas personas, de las que me habla la intuición.
Son personas singulares, que tienen algo para regalarme, una historia para llevar a la memoria, un latido para avanzar en el camino. Mirar a los ojos me enseña a comprender mejor el mundo y me explica mejor quién soy y lo que quiero hacer en esta vida.
La mirada de José, me enseñó la dignidad y la libertad. Un valor interno e insustituible. Él sabía que le correspondía en razón de su ser, más allá de sus carencias. Algo así, como un equilibrio pleno, que es capaz de sobrellevar la tristeza de algunos días.
Una lección que vivo y que quiero, porque provoca en mi, un movimiento sísmico, de intensidad leve, que abre sin contención, las compuertas de la emoción, ese lugar que elijo para sentir y para vivir.






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